¡Que maravilloso es
andar tán solo con unos pantalones blancos!
La planta en la planta sentir,
y la tierra acompañar.
Aplastar hojas de hierba
y verlas levantarse de nuevo.
Las mismas hojas en África,
bajo los hermosos pies de los australianos,
de los escritores libres
y libres pintores;
las hojas de mi cabeza,
y las de mis compañeros.
Ver los reflejos destellos
del sol en el lino,
el movimiento de mis piernas blancas
que siempre me han sujetado
y me han llevado a mi destino.
Mostrar mi torso desnudo
al calor del Sol
con sus rayos verticales horizontales y oblicuos
incidiendo en mi piel color Sol.
Otras hojas de hierba surgen y se aplastan aquí.
En mi cabeza
tambien hay hojas de hierba,
que viven a la intemperie.
Sensibles al viento y agua
y todo tipo de intempestades.
Nada las cubre o protege,
están abiertas a la risa de los arbóles
mi hojas de hierba aman la vida
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