viernes, 27 de mayo de 2011

el comediante

Tiene la cara pintada,
su nariz roja hace juego con el verde
de su cara y el negro de sus ojeras.

Sentado en un bordillo, la lluvia
va corriendo su maquillaje,
como si llorase por todas las cavidades
de su cara llena de agujeros.

Sus enormes pantalones están sujetos
a su cintura con una cuerda de plástico,
y están posados sobre un charco.

La botella de ginebra
sostenida por la mano izquierda,
le ha hecho adoptar la pose de Roden.

La única farola de la calle arroja
una sombra de dragón en
la carretera diagonal a su figura.

Dormir en el suelo
ha convertido su espalda
en una masa informe de músculos
aglutinados unos encima de otros.

Sus antes vigorosas manos,
entrenadas en cientos de actividades malabaristas,
dejan ver los huesos deformes y violentados
a traves de la translúcida piel sin carne.

Cómo explicar lo que siente
hacia quien le rechaza,
todas esas emociones están ahora
en su botella casi acabada.

Debajo de sus zapatos gigantes
tiene unos pies negros en contacto
con los restos de sus tripas.

Recuerda cuando hacía reir,
sus bromas y juegos asombraban
adultos que pagaban.

Ahora se desliza por la alcantarilla,
donde sus bromas siguen en los desechos
de sus antiguos clientes.

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