Un desvelo en la noche,
un deseo de regresar a lo olvidado,
a la luz de las tintineantes luces farolas
me llevo a ti, fantasma infecundo.
Calles estrechas y tortuosas,
en las esquinas espantapajaros maquillados
en un lascivo beso con hombres de gris
y botines de charol.
En tu morada azul oscuro,
camas desvencijadas y sofás trémulos.
Sobre la alfobra de la inteligente tromba
bombilla que alumbra tus agujereadas mejillas.
Dos únicos colores, blanco y negro, rojo
donde ocultas tu ser.
Singulares olores ajenos al capricho
emanan de tí.
Añoro cuando te arrojabas a mis brazos,
no necesitaba atravesar la frontera
de la razón para verte.
Tienes un problema con el gris.
ResponderEliminarLos digo porque ya he visto "su amargo despacho
rodeados de gris" y "con hombres de gris"...
Es porque mis poemas son simbolistas, y para mi el gris simboliza la rutina, el tedio, el aburguesamiento y comodidad. Además, en este poema la calle es mi memoria
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