Dos elementos habitan en mi alma:
una hoja y una catarata.
Cuando la catarata fluye
puede arrasar mi alma,
solo el papel puede detenerla.
Las palabras mágicas son las únicas
de calmar la catarata capaces,
entonces retrocede y busca
en su lago calmado el amparo y descanso.
Si la hoja no basta
el agua la arrastra
e inunda mi alma con fuerza y desasosiego,
arrasando ideas, ideales y amistades.
Entonces la hoja se levanta, derrotada y mojada,
arrepentida por no contener la furia
siempre creciente de la catarata de mi alma.
A veces se pregunta "solo soy una hoja
¿Porqué he de poder con la catarata?"
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