lunes, 4 de febrero de 2013

El primer dia de año nuevo miré el nacimiento del sol con su año 2013. Creía que sólo de noche podía ver el espacio infinito con las estrellas. Creía el sol tapaba el cosmos y su sutil belleza. Esta ilusión se desvaneció pronto.
Los colores del sol no tapan la maternal oscuridad de la noche, sino que le da un tinte nuevo sólo posible en la Tierra. Enseña el universo entero en mil tonalidades opacas e infinitas, todo el poder del universo sobre nosotros y su materialización bajo nuestros piecitos. Sobre y bajo nosotros ¿y nosotros, somos sólo un reflejo de la gran inmensidad?
Lo preguntó y mirando el sol se me mostró la realidad de nuestro interior.
Cientos, miles de hilanderos e hilanderas de formas difusas tejían una red, una enorme red tan vasta como el astro amarillo, que era de hecho, el astro amarillo. Entretejida en sueños de los hilanderos esta red no era solo la red, era los destellos y rayos que nos llegan, sus colores y formas sutiles hilos.
Y nosotros? cada uno de estos hilos llegaba, después de increíbles aventuras a través de cascadas, selvas, edificios.... al corazón de la tierra, una enorme red ya roja amarilla y azul, aunque con todos los colores de la tierra. El núcleo, otra red producto de los hilanderos, y otros hilanderos en este centro planetario se dedicaban a llevar estos hilos, ahora invisibles hasta los pies de los humanos, sus caderas vientre... y Corazón.
Así, los hilanderos me dijeron que todo ser vivo, todo aquel que podamos ver, piedra planta animal e incluso humano, tiene un corazón. siente, esta Vivo y vibra. Cada uno es producto de la red del sol, que nos conecta a todos en un solo corazon, todos los corazones laten a un mismo ritmo.
Y quien son los hilanderos, estos seres que nos dan nuestra existencia? tú, tu creas todos los hilanderos y eres ellos, felicidades por tu trabajo y gracias por dar la vida.
Hace mucho tiempo, cuando navegaba y por las noches me quedaba a cuidar del barco, miraba la negra mar.
no me gustaba mirar al frente, sino atrás. Atrás encontraba el suave oleaje, los besos del mar, tiernos.
¿Y mis noches favoritas? Cuando no había luna, las estrellas resplandecían, el cielo palidecía en mil eternas promesas. Todas separadas, a quien sabe cuanta distancia, lejanas y confusas en el firmamento.
Y en el momento que no había luna, que el cielo era su luz, se reflejaban en el mar, más que reflejarse, viajaban al mar, sí, viajaban, yo sé que viajaban y lo sentían. Entonces se disolvían en el mar y perdían su separación, se unían todas en la vieja madre, viva y en movimiento.
Cómo expresar ver todas las luces de la galaxia en una porción de agua de plata, perdiendo su confusión, su soledad, ahora unidas y en el movimiento del mar, vivas.
Y pensé... también estan unidas en mis ojos cuando las miro y en ellos se reflejan, se recrean, vivas en mi mente y mirada. Todas las estrellas en una mirada negra, la mar.